Un mozo que vivía en una morada en Bonn, vinculado de un
padre tenor y de una madre a quien llamaba, "mi mejor amiga". El
pequeño Beethoven era tratado de mal genio de Johan van Beethoven, su padre, le
enseñaba música cada día y noche, sin dejarlo descansar, quería volver de su
hijo un músico. No anduvo elogio, o felicitaciones gratas de como tocaba, jamás
pudo hacerle sentir que era un hijo amado en cuerpo y aliento. Solo era
alabado, y clamado hacia el cúmulo, "¡oh mi Ludwig, mi Beethoven, bravo, oh
hijo mío!", cambiaba fuera del fóculo; para el joven era un desastre, se
sentía para otros triunfante cuando en su propio ser sabía que su vida era
señoreo de Johan van Beethoven... y el único vicio de su padre era
ser amonado cuando llegaba a casa, su madre al ver tal locura siempre
callaba a las vesanias que ocurrían, Johan van Beethoven llegó con un amigo e
hizo tocar a Ludwig, sin importar que durmiese, lo levantó y tocó el
clavecín, al ver la magia del chico notó que era talentoso, lo cual su padre aplaudía
a su hijo, lo cual jamás hacía... Ludwig aprendió tanto de la música que de
ella concebía un hálito; las lecciones fueron cada vez más exigentes
para Ludwig al darse cuenta del todo pudo aprender increíble las lecciones de
Bach, Mozart y Haydn... un día salía a caminar a explorar la ciudad, se
encontraba con chicos refinados, quienes les decían "qué ropa tan sórdida
tenéis, no os dais cuenta, si así de mácula sois, vuestra familia
igual debe ser"... al oír las palabras ofensivas el chico se retiró, su aspecto
mostraba la decepción que vivía en su hogar. Al tiempo aprende a componer a sus
12 años sonata en mi bemol mayor, " la poesía me susurraba, pensé, ¿cómo
puedo ser compositor a mis 12 años?, las armonías me cantaban, tan poca
experiencia en el arte para expresar, era muy tímido, pero me tomé la libertad
para componer, como Dios a las leyes de la vida", la herencia que dejó su
abuelo se terminaba, solo la renta que se ganaba en la magia del chico al mundo
era lo que mantenía vivo a su familia, él se dio cuenta que su padre al
estado que poseía era pérfido cuidar de él y de su hermano, su padre fue
encerrado en mazmorra a vivir desolado por su causa.
Beethoven encontró refugio en la casa de la familia de Eleonora, su madre
Helena cuidó de él y que a su hija misma enseñaba a tocar el piano. La ciudad
hablaba del genio que había nacido. ¿Un compositor será en su moza vida?, ¿o
quién será en las inmortales obras de sus antepasados?.
La luz sonreía para el chico desde su morada, tomando obras de las que le
susurraban del corazón, tan fácil y divertido, como si tapase con su dedo el
sol, ¡ah como si Dios hablase con él de su nueva ideología lírica!. La música
la sentía como la musa cual en regodeo no hubiese final.
Su madre al tiempo fenece con tisis, terrible enfermedad para ese tiempo,
y su padre amonado a la bebida, Beethoven se da cuenta por la responsabilidad
del hogar, a sus 19 años de tal penuria que atraviesa, le pide al patrón de su
padre que la mitad de su salario se la dé a él, y se sale con la suya.
Y ahora reclamará a los gobernantes de Bonn para componer una obra para José 2,
cantata por la muerte de José, y quería ver su primer progreso, en una
actuación de la cantata, los músicos no lo habían tocado como él lo compuso, y
a su exigencia mandó a que se repitiera desde el principio, una obra
que muy poco se interpretó, y aquí parece decir Beethoven adiós a su pasado.
Sabía él que en Bonn no tendría futuro, y debía irse, sí, no iba a confiar en
nadie, lo aprendió en su infancia. Decide irse y se despide con gratitud con la
gentil dama Helena quien lo acogió, y cuando se va antes le dice,
"despídase de Eleonora no se vaya a ir así, por favor", Beethoven
respondió: "no tengo tiempo, debo salir, ya es tarde, disculpadme"...
no pudo corresponder a su amor, y para sí jamás olvidaría de niña la gracia que
él a veces dio, de ese niño frágil llamado Beethoven que ahora era diferente.
Se molestó con ella por haberse fijado en él, seguro no entendía sus razones
que la música le hacía ver otro paisaje. Eleonora pudo comunicarse con él ante
cartas, y fue su amiga solamente. Quiso dejar en adiós la presión que no quiso
ya recordar, Viena era su nueva capital en 1792, a sus 22 años. Y va
donde el gran Maestro Joseph Haydn, para que le enseñase, y donde dice Haydn,
"su patrón Waldtein me dijo que con trabajo duro usted recibiría el
espíritu de Wolfgan Amadeus Mozart en las manos de Haynd, un hombre que hará
hablar al mundo". "Para mi será un venero aprender de vos, pero
sabréis que cada músico tiene una misma senda como artista", pensaba de no
ser como otros, sino buscar lo que en el fondo quería hacer. Se entera desde
Viena por una carta que escribe su hermano Karl, "Nuestro padre ha muerto,
podréis imaginaros cómo pasó su última vida que él mismo buscó, sabemos hermano
la vida que nosotros mismos tuvimos ante perfidias pasar, no sé porque no fui
contigo, la vida ahora es vuestra cual quisisteis elegir, no digno de oponer a
lo que anheláis, la partida de Johan no sé cómo la recibáis, espero que
vengáis, aún lejos, Dios sabrá qué hacer de vos, un abrazo, lo extraño".
En el funeral no asistió Beethoven, un padre tan injusto y más por querer hacer
de él al mundo una ganancia, dolor a su pasada infancia, ya a esa edad prefirió
olvidarse de Bonn en donde nació, quiso dejar en adiós la desilusión, no quiso
ya recordar, Viena era su nueva capital, y estancia de ver nuevos logros, pero
por la música; habían horizontes rutilantes, de construir lo que ahora a su
alma le perseguía.
Una obra compuso y la estaban interpretando músicos, y con él estaba
Haydn, era un trío para piano no 3 en do menor, cuarto movimiento.
Preguntó. "¿Qué le parece?", "Innovadora, ingeniosa, pero para
ellos la encuentro muy complicado, yo en su lugar no publicaría esto aún,
precisa trabajarse más", pensativo al gran compositor de Haydn
pregunta,"¿Qué está mal?","No, no hay nada mal. Solo es un tema
complicado, además tiene alma, vendría bien esperar un par de años. El público
aún no está preparado para esto". Beethoven se retira del salón enojado,
sintiendo que ante él había fracasado, y al ver tal opinión era seguro que no
quisiera nada de él. Haydn pidió poner algo de él en su obra y en instante se
negó.
Beethoven tocaba su fa menor para sonata allegro. Para Beethoven como una
vez dijo, tenía que buscar su mismo trabajo espiritual de conectarse con el
mundo que él necesitaba acariciar con su música, ser él, distinto de los
músicos. En su sonata expresa lo máximo de su ritmo, de fuerte a suave, una
modalidad provocativa... Los sentimientos para Haydn de él fueron
malentendidos, lo cual le parecía un testarudo, terco, y solo al oír su obra
quedaba asombrado, lo cual sentía envidia, sus primeras obras fueron las
sonatas, con ellas se oía su voz interior, de su juventud.
A los pocos años de su llegada ya conocido era, y como mejor
improvisador, y donde sus contrincantes tenían que improvisar sobre melodías
populares, y para sostener su imagen debía mostrar fineza en la competición. Se
enfrentó con Monsieur Daniel Steibelt, el audaz, e impotente, se decía, muchas
condesas alrededor habían, tocaba de manera cortada, no tenía esa fuerza la
obra, y Beethoven un hombre diferente opinó sin importar el respeto hacia él,
"cuándo va empezar?, no tenemos todo el día", y la mayoría al oír se
reía por su ludibrio. Sus reacciones lo decían todo de Beethoven, termina de
tocar, y aplauden. Ahora el símbolo de Viena, pero será mejor que él?,
empezó cortado como él, luego a segundos cambió la forma de tocar, con más
sentido, donde convirtió la obra de más velocidad y audacia donde las condesas
aplaudían ante las obras, y sonreían por su magia, y aliento que desprendía, de
pianista, miraba a una mujer, y fue quien le conoció.
Le escribía a Eleonora desde Viena de lo que le estaba sucediendo, y que
si se encontraban sería diferente. Donde una vida más feliz consiguió suprimir
las penurias de infancia tormentosa. Era idolatrado por la aristocracia y por
los ricos, e incluso a los amigos del marido de Eleonora escribió, ya era
casada, diciendo que el amor flotaba en el aire. "A pesar de lo que se
dice, no soy misántropo, vos lo sabéis. Este cambio fue causado por una dúctil
dama que me ama, esta es la primera vez que siento que el matrimonio tal vez me
dé felicidad". Al amigo que escribió se llama Franz Wegeler amigo de la
infancia, donde al recibir dice, "es claro que
estaba exagerando él siempre tuvo ciertas dificultades con las
mujeres siempre se enamoraba, pero nunca salía bien". La dama
con otra amiga dice, "él es talentoso, brillante. Toca como de ensueño y
es feo, no exactamente feo , pero no se cuida. Verás siempre con
aquellos abrigos sucios. Creo que nunca ha vestido su talla. ¡Ah pero tiene un
cierto encanto...es magnetismo. Está escribiendo una sonata para mí". Fue
dedicada para la dama que le sonrió en el salón de recitación, siendo su
alumna, en 1801 a la condesa Giulietta Guicciardi, él la llamó sonata quasi una
fantasía, y en esta fantasía... que ni la misma mujer entendía su lenguaje, una
dedicación tan sombría, y no dulce de sentido más habitual para ella, sólo él
sabía el porqué. "Supongo que usted irá a la casa del Príncipe Nicolau
este viernes". "No, no iré con aquel cúmulo". "Yo debo
estar allí Beethoven?". "Bien, me parece excelente".no fue sólo
el miedo a la intimidad lo que le impedía acercarse. Había algo más.
No acepto ya negocios con gente, digo el precio y ellos pagan...¿Cómo un
hombe que hereda la gracia de componer podéis darle temor?, ¡oh naturaleza! has
escuchar el susurro de mis notas a él, mi preocupación es tanta, la
desesperación me consume, aquí en tinta postrado, querer escribir lo que
siempre de mí he querido, no sabe nadie el peligro que teme mi yo, si de Bonn
fue olvido, porqué traer a mi humanidad la furia, de mi música vándola que en
ello haré de dar, antes que sea tarde, o no sé. Quiero tanto a mi música, que
he estado componiendo mi segunda sinfonía de re mayor, y hasta dos más a la
misma vez, porque es el alma fiel, que me oye, y del corazón. Si hay alguien
que a siglos entienda o no, podrás entender, aún vivo, no sé que futuro exista,
solo la criatura que mis ojos ven de tantas es quedar sin suspiros, que
enamorado o por perfume de mujer necesitáis, anheláis alabar con flores, o con
música, acariciar como yo al piano, no sé, o no sabe el todo poderoso, sabrá en
qué vesania mi corazón dicta, o sentimiento que al miedo y romance hay, o
injusticia contigo mismo, por si me hacéis perder, pero no por mi espíritu,
porque él vencerá así destruya a mis espaldas a otros, o me aleje, mi comedia
vive y estará hasta que yo decida.
Un escrito en tardes de lluvias que decidió escribir, clandestino,
recóndito a lúgubre alma, quién cómo él hasta ese momento, que de su mayor
honor a su imagen.
La condesa Guicciardi decide no casarse con este hombre, sintiendo que su
cabeza ha de estar afectada por la música de él, "no tiene una vida
estable, y menos para mi, cómo me viese con él en vida, mas hay algo más... a
finales de la primavera me dijo que estaba perdiendo su audición ¡Un
músico sordo!, ¿Cómo puedo imaginar eso?".
Tocaba Beethoven a su lado la obra de Quasi una fantasia, el tercer
movimiento, solo al ver ella a él tocando se admiraba, sorprendida de cómo
tocaba, pero su reflejo de ella era tan ida, y difícil de decirle algo a él de
lo que estaba sintiendo.
"Mi audición no ha mejorado, además está empeorando, a la
chica que le dije no es de mi clase si quiera. Por tanto lo de la boda es
eliminado, de todas manera estoy consumido por mi música".
Ella miraba como tocaba, termina y dice " Bien. Bravo". Lo cual
esa relación no funcionó y de ella se apartó, y no supo más de ella.
Tenía temor que al salir la gente le hablase y se diesen cuenta de su
secreto que lo destruiría. Evitó salir a la ciudad de Viena, la gente decía que
tenía un comportamiento muy hostil, por su tirria que lo estaba pudriendo.
Evito salir, se aisló, y los zumbidos en sus oídos eran cada vez más fuertes,
insorpotables. Se aisló por tres meses de Viena. Se hospedó en la pequeña aldea
de Heiligenstadt, en las afueras de Viena. Un paso que cambiaría todo, pero no
de la manera que podía imaginar. Había una poca esperanza, lo visitó un
médico, y lo revisó, donde el mismo dijo: "Seguro en certeza que ni con
baños, probó, los derrames, nada funcionó. Y ahora me dice tal vez, ¡no hay
cura!".
"Muchedumbre que no entendéis el estado de mi forma de trataros,
que pensáis que soy un ser misántropo o agresivo con vosotros, no lograréis
saber la forma de vivir que es para un músico así?, que en mal idioma os
dirigís a un humano, hijo de su música, que en su valor despedazado está, ¡qué
equivocados estáis con sus paupérrimas palabras que sabéis decir a mí persona!,
si el alto castigase vieran el ludibrio que hacen a mí. No os dais cuenta el
motivo de mi secreto que me ha hecho parecer vándolo ante mi indomable ente.
Hubiera fenecido en mi existencia si tuviese tal enfermedad que apresa mi
sentido. Sólo el amatorio arte predilecto me sostuvo Me sería inútil
dejar aquel orbe sin haber expresado lo indecible que estaba llamado a
componer. Cualquier esperanza de ser curado se ha desvanecido, así como las
últimas hojas se caen, también se van mis esperanzas. Así como Jesús dio la
vida por nosotros, cuántos no manchan su sangre de lodo. Que mi vida a un arte
di, y enfermedad recibo del todo. ¡Oh Dios!, permitid al único hijo
que abandonado en vida un último día de alegría. Ha pasado tantos años que
sentí la alegría en mi corazón".
El extenso escrito de Beethoven en Heiligenstadt a sus hermanos de su
flirteo con suicidio, nunca fue enviado, solo él sabe lo que en ello su alma
había clamado o que concediese lo que él quería, más y más que
solo, solemnidad Que en su carta expresa una metáfora de su propio
heroísmo, muerte y renacimiento. Da vuelta a Viena, con un alma por querer ver
qué destino le esperaba, y compuso su obra más sobresaliente, que sería
dedicada a Napoleón, cuando se declara Emperador de Francia, tacha en su
partitura su nombre de él violentamente, y transforma la sinfonía en lo que
parece ser una historia de sí mismo, una batalla heroica. "Me vi obligado
a ser malentendido, y tuve que estar aislado como alguien que hubiera sido
proscrito, porque todo eso ya está superado".su sinfonía llamándose
Heroica, ésta fue su respuesta apasionada y desafiante a la crisis que
pasó...expresando en su obra una forma de comunicar su estado mental, el poder
del compositor, pero para él su fuerza que hay aún un hombre, así muestre su
brusco carácter de ser.
Escribe para Eleonora, "que cada día que pasaba estaba más cerca de
su objetivo. Objetivo que no podía describir, pero que sentía. lo vas a ver
dijo, te dije tan feliz como este mundo me permita ser". Resignado con su
destino, escribió:"Que mi sordera no sea nunca más un secreto, incluso en
el arte. Porque muestro mi verdadera efigie ante mi libertad de componer".
Al perder en su crisis la audicción, para sí encontró algo más que un músico,
la religión de la fe, que alcanzó su auge como compositor, que una vez se
preguntó, podré ser compositor a esta edad?, no, como ahora se sentía en aquel
ruiseñor del forraje, quien oía, nadie podrá imaginar, pero el secreto lo dice
en su música. Hay que oírla y leer sus labios, él os habla, somos ciegos y
hasta sordos, y si él era sordo porqué no oír la historia o milagro que había
en sus obras. A pesar de la forma en que era, tenía un corazón como todo humano,
el que había en su introspección recital, solo sabía vivir de su música...
hasta mañana amigo Beethoven, pronto daré a descubierto la memez que cometí
ante el amor que ahora conozco recién de vos, mal idolopeya que escribí hace
meses, o recóndito estas palabras, o para mí que nadie leyese, o como andar
este pequeño texto a pluma en mis recuerdos, tan joven humano que mi vida es
quizá sabia a un arte, pero tristeza porque a este vivir no es la mejor vida.
Si tan solo conociera a un maestro como vos, de seguro viviría, no a un mundo
que en solo escritos me mantengo con vida, o como vos cuando en ese vorágine
escribíais, oh mi mismo yo, que ni conocido soy, a quién importar las palabras,
mis papeles, mi esencia, mi amanecida que hay aquí, 3 de la mañana, pensando en
esta vida que me duele decir por ser rechazado en valor memorable de querencia
a la importancia de un soñador, muere en un océano, y nadie lo ve. Así se van
estos papeles, perdidos, por si serán leídos, o revividos, pero será con
empatía por si no llega mi gloria en aquella luz. ¡Oh Dios!, ¿habéis visto por
años qué de querer mi yo?, a veces seguro andáis y no os veo, ¿de poca fe
seré?, o no concedéis lo que más inmortal es para mi alma, tener un trabajo
para poder ganar, mas fuera feliz si ganase con lo que vos sabéis que amo. ¡Oh
dame la altísima gracia que merece un compositor, para ser de este siglo el que
hable con su propia lengua, y termine por lo que aún le falta por hacer, pasan
años y las respuestas no veo, si tanto pedir no oís, ¿en dónde estáis?,
¡apiadaos de la biografía que vos mismo conocéis de este hombre perdido!; por
ir a la morada celeste. Solo mi refugio son estas letras, contar de mí aquello
que está guardado, que quisiera hacer llover, rocíos de notas en el viento de
Caracas, de un nuevo ser, así este corazón no verá la soledad, que aislado
anda, que ni amigo verdadero tiene, pero no uno que vea otras cosas, sino a la
misma altitud que soy, si me concedéis aquello... no estoy en la iglesia, jamás
he ido a visitaros, si no estoy para vos, ¿porqué estar vos conmigo?, perdona
si hay sentimientos que contradicen, pero no abandonéis a mí, es como si estas
palabras fueran hacia ti, veis que siempre una nueva historia parte de mi
persona, cómo reflejar a uno que no sea yo, no tuviera sentido escribir, así
soy, así vivo, así camino escuchando esos sonidos en mi mente, esas armonías
por querer componer, pero, sino me dais aquel ensueño que anhelo, o estar en un
hogar que hablen de la música que imploro para qué ir, si son diferentes, me siento
débil a veces a no poder sonreír por lo que busco, no soy feliz realmente, a
pesar de que escribo cada vez más, solo fuera bienquisto si consigo lo que
merezco. Solo buscan cuando son aquellos, pero no aquel que en verdad siente y
sabe lo que es esta vida, en letras y pasión melódica. El amor, estaba antes,
lo soñaba, flores olía, y era ella en una, eran tiempos para un poeta la
sensibilidad más dulce de una poesía escribir, imaginar su piel sensual ante
los besos de su amado, consumida por el pudor del amor, abrazado que a ello si
supiera música hubiera compuesto, pero al leer ya mis labios y corazón, las
notas serían distintas ya hoy, primer movimiento en mi bemol mayor, con acordes
vivos y cálidos por sus besos, la intimidad explotaría en aquella obra, con
agitación en los compases por tales caricias férvidas de quererla, y cadencia
larga, mas por una noche al ver estado con ella, mirando las estrellas,
brillando la obra, como sus ojos, sus bellos ojos, "la pasión" se
llamaría, segundo movimiento, en do menor adagio mi sonata, que en locura de la
enfermedad que hay para una felicidad concebida se zahiere, consigue notas de
un sombrío espectral, al miedo, al perder en esos tempos oscuros de su amor
extinto, de no querer. Siendo apuñalado, ¡oh por el dolor!, y dejando sangrar
al corazón, y mi obra sin marcha, y un violín ante la obra con un consuelo
hacia ella, y ni se acerca, y más llora el violín, sin más suavidad que termina
sin tiempo. Cuando calla, la mujer para sí muere, y olvida todo, y decide volver,
¡oh a su patria!, lejos de ella, así las lágrimas doliesen, regreso. "La
tragedia" se llamaría. Tercera Obra sonata en re menor con movimiento
presto con furia. Acelerado el piano al andar solo y equivocado al creer en
ella, donde las notas rompen todo entramado y se vuelve una obra maravillosa
por el querer seguir sin su imagen, y renace ante sonidos de estruendos que dan
terror, apasionado, vesánico, y esperanza se viviera por querer solo ahora
mismo poder hacerlas y ser compositor y nombrarlo como el sueño como tercera
obra. Así compusiera con el alma de una vida que redacta cada nota en su
acorde, de su poder inmortal del compositor. Así sería, contaría mi secreto que
solo conozco, cantaría y a pesar de que el sentimiento exista ahí, ya la última
sería una obra no entendida para nadie, solo mi yo sabría y feliz, nadie
supiera porque el sueño. A veces somos dueños de elegir, pero sino se logra la
ayuda o virtud de Dios para mi mustio he de ser, que ni suerte ha tenido.
recordaos que aquí vivid un alma que no hay en esta tierra otro como yo, pronto
mis palabras en las obras hablarán, sino hubiese conocido esta pasión, de
verdad la vida para mi no tuviera valor, por esto que sigo vivo, y viviendo, no
por otra rama, segundo sabe que la muerte de un marchito amor cuando se va,
anhela un vivir mejor no que peor y de misma pasión que canta mi alma para ella
en aria amada, mi esperanza de mis esperanzas inmortales.
A sus 35 años Ludwig van Beethoven se arrepintió de la idea del suicidio,
su averno...reconociendo públicamente que se estaba quedando sordo. De este
drama emergió su característica rebeldía. Y era uno de los más feligreses
compositores de Europa. Y ahora iba a entrar en una etapa más de composición
prodigiosa. Creo que la originalidad y diversidad de la música que estaba
creando era una consecuencia de batalla contra su adversidad física. Como si no
tuviera todo el tiempo cúspide de todo lo que el sabía que debía escribir de su
alma. El mayor y urgente desafío que enfrentaba era la composición de una
ópera, el indecible deseo para cualquier músico de esta era.
Vienna 1805, la Vienna de los primeros años 1800 era un desastre, las
fuerzas de Napoleón marchaban por el continente, y recientemente habían ocupado
en la ciudad donde vivía Beethoven. A pesar de estos actos de agresión,
los ideales revolucionarios, de libertad, verdad e igualdad tocaron la fibra
sensible de Beethoven. En ellos encontró inspiración para su ópera Leonora.
Puso el nombre de una añorada amiga quien fue de su moza existencia, era de
cierto ser que en ella había algo, por su carisma y dulce compañía de no ser
así hasta ese entonces. Mas es una obra que fue ante Baron Peter von Braun,
director teatral rechazada porque no se llenaba el teatro, necesitaba algo más,
se contaba que en sus dos primeros actos eran muy extensa y aburrida por su
mecenas amigo Lichnowsky, lleno de rabia y enojo."No pueden ser más
cortos, no y no, me niego absolutamente". Quería todo como él lo hacía,
porque era él. Una joven amiga le dijo, "hazlo porque no quisiese que
retirasen una obra tan hermosa como esta de gran valor, hazlo por nuestra
amistad Beethoven", al oír tales palabras por ella, dijo "Empezar del
principio, es difícil retroceder y borrar los compases que elaboré, cada línea
y honra a la mujer y al amor está por mi, la historia no son narraciones
que llegan igual al cambiar, son perturbación al alma quien lo crea, es
imposible decir que Dios es Diantre, que Dios es Dios. No logran comprender
pero lo haré por vos, pondré a lo que vea yo". Logra terminar su obra, y
cuando publica resulta que para el pago de esta obra de Fidelio ante el
director teatral le da una poca cantidad y generosa, lo cual se molesta Ludwig
van Beethoven por el precio y el descaro a su obra como peor insulto que
recibe; "El problema no es la música que tenéis de nivel, sino la drama, y
la casa no se llena, no fue como la flauta mágica de Herr Mozart que llegó a
magnitudes", "Yo no trabajo para tal cúmulo, sino por un propósito de
ver lo que nadie ve", "Si hubieras sido como Mozart habría de ser un
hombre rico", "si ya tanto decís o aludís a él, porque no lo renacéis
y traéis aquí y le decís vuestras intenciones, ya que sois así no publicaréis
nada de Leonora". La ofensa para él fue un dolor y más al ver cambiado las
partes, le dolió tanto que esa obra la guardó pero no la olvidó, y era una obra
de Leonora que buscó las cualidades femeninas, de ese pudor lenguaje romántico
y que en la vida real buscó. Se enamoraba cuando veía un rostro de monada de
una condesa, campesina, no importaba la clase sino la belleza para lo que era
para sí, su sino en esa era empezó a conectarse más por la pasión de mujeres,
en una carta escribe para una condesa josephine deym viuda y con cuatro hijos.
"Mi Josephine Deym ya no puedo más con este silencio que mi sentimiento se
apodera de mí, hoy tengo la fuerza para escribiros y contaros de mi, ya no
quiero seguir
escondiéndome con temor hacia vos, quería pediros si quisieseis veniros
conmigo, comenzar algo más que la intimidad que tenemos para que seáis por
siempre mi condesa. Sois aquella luz y energía entera que me mantiene vivo.
Cuando estáis cerca del piano contigo, hoy recuerdo por cuando os susurro
palabras, cuando os respiro cerca, vuestra fragancia del cabello, aún la
suspiro hoy, me llena de ese amor, la dulzura que sois, oh pan sagrado,
intocable a los demás, solo por mis manos, y que por siempre anhelan ser, para
tocaros como piano, bella, oh bella, podéis comprender si hay una respuesta
negada no encontrase a dónde ir, qué sería de un fracaso hipérbole de la
locura, o qué definición hiciese para no ir a un ocaso sentimental, que
inventaría. Escríbeme a esta inquietud del amor Josephine Deym". Lucha por
un sentimiento. Responde, "¡Oh mi Ludwig, o no sé si ya seáis, tan
hermosas vuestras frases, con el detalle sumiso que me describís, alma
celestial que brilla, nadie ni mi propio marido fue así, pero al amor que vos
sentís tanto en este corazón no ha podido ser, siento la respuesta tan pronta,
no os quiero ver en temas o actos que os perturben, tengo mi posición, mis
hijos, y vos no tenéis el dinero que darme para ellos y más con un hombre
sordo, no puedo. Vuestra música es anormal para un humano, llena de ese secreto
que vos sabéis, tanta admiración, y belleza que me gusta y sobre todo mi venero
hacia vos. Pero no puedo irme con alguien que no ame así hayamos hecho la
libidinosidad. Lo siento mi gran amigo Beethoven". La carta la recibe
Beethoven, y se pregunta. "¿A dónde tengo que llegar para poder encontrar
la femenina dama y poder ser así sea átomo de una célula de su amor?. Que se
fijan en todos los medios para ser feliz, porqué el más desgraciado y feliz
humano poco he de ser, la santidad quiero tener, y cuando alas tengo, la quiero
alcanzar y sino las alas se van".
Su hermano Gaspar Karl van Beethoven le escribe, "Tengo dicha
predilecta que contaros, he conocido a una hermosa dama, me he enamorado y ella
de mí, qué feliz soy. Necesito que la conozcáis y quería que vos esté presente
para vernos. Os aseguro que os agradará, y me orgullese deciros más que todo a
vos hermano. Abrazo hermano Ludwig". Su encuentro fue en Viena casa de
Beethoven. "Ludwig, hermano!, mirad ella es mi amada Johanna os la
presento". "¡Oh ahora es que vais a ser feliz?, a ella la
conozco perfectamente y toda Vienna", "Oh el gran
todopoderoso Beethoven, lo que dice él es, que tú no eres nada y menos
ella". "Largaos vosotros de aquí, no os permito venir, y sobre todo
vos furcia". La joven no era una dama refinada, pero a su ofensa hirió
pero los dos jamás entendieron el porqué. A esta crisis emocional y
trágica fue que Beethoven no soportaba ver alguien feliz sino era él, ver la
felicidad en rostros, más al vivir un desafío con el mundo, fue cuando más
apareció una sonata misteriosa por nombre apasionatta, de acorde grave, ta, ta,
ta ta...como la sinfonía 5 empieza, un enfoco de enojo por su misma vida. Pero
aquí de la férrea pasión que se experimentaba en las mujeres. La música
levantaba tal pasión que podía ser peligrosa, desconcertaba que hasta
si la oíais bien podíais llorar, gritar, y quedar vesánico. Por los compases
que significan, los amores, las desilusiones
y rencores por la ruin vida, alegrías cuando solo fuesen al alivio
que buscase posible en alma. Compuso las sonatas, llenas de esa magnitud de la
romanza, odio y amor inmenso. Lo dicen todo las notas al oír en el piano
simplemente ahí está la magia.
Un día por la noche invitan a Beethoven a un encuentro con príncipes
franceses, en casa de su mecenas Lichnowsky, invitan y su amigo ante todos
dice. "Beethoven con vuestra presencia honra con una pieza al piano por
favor. Alégranos amigo". "No quiero tocar, estoy cansado",
"Vamos toca, ante todos aquí reunidos no los hagáis quedar mal".
" Mañana debo hacer muchas cosas, no tengo tiempo". Uno que estaba
sentado de los Príncipes se levantó y le dice: "¡que toque!", la
mayoría empezó a molestar de igual manera con lo mismo que tocase a gritos,
"¡Toque!, ¡toque!,¡toque!, ¡toque!". "¡Basta, yo no soy músico
de posada!". "¿Si os aludís gran Ludwig van Beethoven?, y tan solo os
vestís como un sórdido zopenco, puerco en lo que pertenecéis en vuestra vida,
¡asqueroso!. Es más deberíamos arrestarlo oficiales"."Vosotros que
sabéis de música, o de lo que está hecho cada entramado. Solo porque sois un
Príncipe podéis humillar a otros pero menos en mí música que no es digna para
ningún, ¡¡¡y que no tocaré a nadie!!! Y menos a su Emperador Napoleón".
"Su invitado no tiene sentido del humor". Lichnowsky sale a buscar a
Ludwig. "¿A dónde va a estas horas y más con lluvia amigo?".
"Siempre habrán vastos Príncipes, ¡pero solo habrá un Beethoven!".
"Termine su trabajo, el hombre abusó realmente". Una invitación que
al solo ver a reyes de gran clase a él mismo espantaba, de súbito al verlos
quiso irse. Pero el amigo lo detuvo, y fue para ser ofendido, un hombre que en
la vida de tiempos difíciles más a su efigie le ocurría tal ludibrio mezquino.
Cuando sale del Palacio, va con sus partituras de la apasionatta, de
miseria, alejada Nereida, como si llevase vándalo en los papeles por
aún terminar, lo consumía, y en los papiros de su alma, aún la legendaria
partitura, están los rocíos de las nubes de aquella noche solitaria.
Una carta recibe de su hermano Karl."Mi apreciado Ludwig, la última
vez que nos vimos no fue grata. Mas Hoy os quiero decir una noticia que me
conmueve. Tengo un hijo llamado Karl, con Johhana. Tengo ansias que vengáis a
conocerlo hermano". A solas pronuncia en su alcoba. Con ojos brillantes,
un ánimo tenía por ese chico. "Ahora un niño, un nuevo Beethoven, de gran
virtuosismo que solo debe nutrirse, fantástico". Aún Beethoven no visita a
su sobrino, y espera 8 años. Una vez su alto patrón moral, irrealista e
inalcanzable. De repente cercó sus sentimientos naturales, para él Johana no
era una buena madre para la familia Beethoven.
Y al tiempo consigue un sustituto emocional en la relación, con el joven
archiduque Rudolph. Un músico a su vez talentoso, que se convertiría en su
nuevo patrón. Estaba en su alcoba practicando el piano y Beethoven estaba
sentado viendo sus manuscritos, y le pregunta a él."Si me disculpáis con
la pregunta que os quisiéredes hacer, ¿cómo conseguís componer, sino oís en el
todo sentido bien?, a tal grandiosa obra que hacéis siempre amigo".
"¿Os gustaría saber, por lo que en vos noto, o mejor dicho al cúmulo de
personas en sus intrigas cómo sucede?. Todos los tañeres puedo oírlos, he
buscado el silencio, mas en mi alma, ahí los oigo, son invisibles al oído sano,
puedo oír un cuarteto, si es sinfonía, o trío. La magia está, si de verdad
amáis a la música profundamente. Ahí es cuando cantará en vuestra alma. Y
aprenderéis a sentir que ser sordo es nada. Hasta vos mismo podéis hacer, pero
si conocéis de la dimensión en que os hablo, como padre a mí música".
"Si de esa manera e inmersa os expresáis, vos experimentáis, sentís, oís,
es esencia de un ángel a la santidad de la música. Vuestras obras tienen tanto,
que os quisiese hoy decir de lo que siento, pero os juro que si os digo pasasen
días y noches por lo extensa que es y arduo del sentido inmortal para un
humano". "Así es y será por siempre".
Beethoven conversó con su archiduque realmente de un lenguaje que aún no
era el todo, porque su música llevaba más de lo que para él era y que no
confesaba sus secretos más puros y tenues que tenía para sí o para componer de
lo que era en realidad. En esa época estaba componiendo su sinfonía 6, "La
Pastoral". Llena de los sonidos de la naturaleza, el lenguaje que en ella
oía con Dios y refugio. Mostró esa obra al mundo de gran liturgia a su fe por
ver que su sordera no era el final de un caos que aún vivía, y resistía a la
fuerza de su marcha... y una obra súper difícil para una sinfonía. Fue
interpretada en los músicos y realmente en el ensayo pararon la obra
y extensivamente al viento gritó fuerte Beethoven. "¿Qué está
mal, porqué han parado, porqué no siguen tocando?. ¡Respondan!. ¡Ah!". Se
alejó la bestia, y empezó nuevamente la orquesta, comenzaba fantástica el
primer fragmento dulce de la obra lírica y enriquecida del alma. Y al ser tan
fugaz en los compases seguía pero al ver que dificultó en varios violines.
"Así no se puede seguir dejemos de tocar". Va donde el director
teatral Peter von Braun. "Herr directore, no podemos seguir con la
orquesta, es muy complicada". Le dice a Beethoven que estaba molesto a un
rincón y que se dio cuenta de los errores que cometió la orquesta."Sabéis
que solo se permite un ensayo, no más. La orquesta es humana". "No
hay razón ninguna, necesito que se toque como la compuse". Era para
Beethoven esta sinfonía un nuevo paso a su figura, y si salía victorioso podría
ganar algo en su vida financiera. Era la oportunidad de mostrar que aún estaba
Beethoven. En 1808 fue su estreno en el teatro de (Theater an der Wiem), de su
sinfonía Pastoral. Y en concierto se oía en los músicos el ensayo corto de los
compases al público ante de comenzar. Beethoven sorprende y estrena su sinfonía
5, la que había hecho, y muestra un sonido agresivo y grave. Lleno de un
espíritu mustio que hay sombras al mundo. Dirigiendo de un vigor cúspide y que
los músicos pudieron tocar, y gente silenciosa y admiraba por la nueva imagen
de este genio a su alrededor que latía en sus instrumentos. Muestra Beethoven
en sus primeros movimientos la lobreguez espectral de su entonación, y en su
cuarto movimiento de menor a mayor cambia y resplandece la luz de su corazón,
amanecer, de sus estrofas que él mismo hizo. Como si hablase una historia, y en
su terror y final, la caricia de una nueva fortuna se concede. Y cuando acaba
entona la sexta sinfonía, sorprendente de tono dócil, muy similar a las frases
de su quinta, pero más tranquila y llena de un herbaje al cual Beethoven se
posaba en un encuentro con Dios; donde oía los sonidos de su serena naturaleza,
su fóculo que de ella era la fuerza, y que consiguió elaborar tales obras indecibles
de teúrgia. La multitud estupefacta por tal índole en el teatro, alma de hombre
con odalisca rendida al viento, bendecidas, por hálito de su compositor.
Termina su sexta sinfonía, y expresa en el piano su concierto para piano 4, el
primer movimiento allegro con moderato, suena tan parecido a su quinta de gran
clandestino toque, de volumen alegre de su estado mental, y la tensión aumenta
en su segundo movimiento, que hace silencio el piano y la orquesta de su
andante con moto suena, y luego calla y suspira el piano de una modulación tan
menor que su ambiente oscurece a su figura y a los ojos de los que ahí le ven,
entrega la música y aquel sombrío idioma, errado y ambiguo por querer saber
tantos misterios de sus ecos. Beethoven en el piano expresa su reacción con su
rostro mismo al cúmulo, que un obra se hace latir cuánto sea su secreto que
anduvo ese día o días en su real ente. Tocaba con ojos cerrados, y susurrando
suavemente en sus labios, recitando palabras a su gran concierto, y al público
su forma de humano manifestando. Poderoso, vivo y valiente.
"qué humano más débil puede haber 9
que soporte la tirria que vivo,
oh para ofrecer y componer
mi concierto que en amor revivo.
Miraos instrumentos de mi8
que han venido para hoy cantar,
lo que he relatado aquí
para solo al mundo implorar,
que todo no es infeliz7
y que se puede llegar,
así os cure cicatriz
que está por hoy eclipsar".
Estas palabras se encontraron en un diario de Ludwig, y que de misterio
se dio en ese amatorio concierto, "no hay peor humano que decida vivir por
si hay una pasión más que inmortal, si la hay, ¿porqué no seguir con indudable
arma que solo os protegerá al sentido sentimental y eterna de la vida".
Comienza de su segundo movimiento el tercero, Rondo vivace. Y tanto cambia el
rey poderoso en su concierto, que implora aquella luz de salvación a los
violines de viento aura, el derrumbe olvidaba por su estancia, las luces de los
astros daban bienvenida en aquella noche, su introspección latía, todo había
cambiado. Y cuando termina su obra. El concierto memorable lo alude, y aplaude.
Contento, por la potencia que en su música provocaba, "Así hayan retornos,
herbajes de más gama, sin importar, poco o tarde si desvanecéis, muchos cambian
y os miran de lo peor. Así sienta satisfacción no será por ellos, es por mi
mismo, y de lo que he creado, mi creación, de lo que más anhelo por ser mi
espíritu que en los acordes hace vibrar y pintar en secreto de lo que soy, sí,
solo yo, así es, solamente la gracia y vida, postración, alma sabe qué
es".
Pudieron pagarle dinero ante este concierto siendo uno de los mejores de
su vida, y de dinero financiero no del todo que merecía. Se le dio una carta
que fue concedida, "podréis componer fuera de Viena si queréis o iros a
donde quisiéredes a propia misma voluntad, mas no quisiéramos que os fuera para
siempre, vuestra esfigie ha demostrado tan índole magia que nos ha motivado. Reconocemos
la fortuna que cembrasteis, tan nutrida y de vida...Os vamos a pagar anual un
salario vitalicio si trabajáis afuera". Beeethoven solo quería hacer
conciertos benéficos, y componer. La oferta a Beethoven le había parecido
fenomenal, más ante sus mecenas amigos que le acompañaban, como Rudolph. Le
encantó y aceptó.
Una carta que escribió para una joven dama, a quien le llamó "mi
amada inmortal". Una carta colmada de roces románticos, a la entrega plena
de su amor que en su vida había conocido, la única a quien le había escrito
tanto, de 5 páginas por delante y atrás, llenas de la tinta de su corazón,
expresando la fiel confección, indudable, Beethoven de la manera que componía
de igual clase escribía, esa magia, pudor, y sensibilidad se encontraba en sus
rincones más nobles de un humano. La música y la literatura, que era su poesía.
A esta mujer a quien escribió, su orbe o mundo se había pintado de un
sentimiento que en sus días no había cultivado, era para él el momento difícil
de su vida, de no saber qué hacer con ella, tenía una pareja ya, era muy amigo
de Ludwig van Beethoven, a él le dolía seguir traicionando. La mujer
desconcertada por él, por su música renacentista, enamorada de su pasión, ella
hubiese dado cualquier cosa o ánima para no dejarlo a él. Porque habían cruzado
al más allá de lo pasional, el amor, sentimiento arduo, y que sentían en
gimiente corazón, por no saber qué hacer...Beethoven escribe esta carta que fue
para su amada inmortal. Y que fue Antonie Brentano.
6 de Julio
"Mi ángel, mi todo, mi otro yo. – solo unas pocas palabras hoy, y en
efecto con lápiz (con el tuyo) recién mañana se va a decidir definitivamente
sobre mis alojamientos qué inútil perdida De tiempo - porqué este profundo
dolor, cuando habla la necesidad - puede nuestro amor existir, sino a través
del sacrificio - de no pedir todo del otro puedes cambiar el hecho, de que tu
no seas completamente mía, yo no completamente tuyo – Oh Dios -
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Mira la hermosa naturaleza y consuela tu alma acerca de lo que debe ser – el
amor lo pide todo y completamente y con razón. Así es para mi contigo, para ti
conmigo – solo que olvidas tan fácilmente, que yo debo vivir para mi y para ti,
si estuviéramos completamente unidos, tu sentirías este dolor tan poco como yo
- mi viaje fue aterrador. Llegué aquí recién a las 4 de ayer a la mañana.
como faltaban caballos, el cochero eligió otra ruta pero que
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horrible camino, en la penúltima posta me advirtieron acerca de viajar de
noche, tratando de asustarme de un bosque, pero esto solo me pareció un
desafío – y yo estuve equivocado, el carruaje tenia que romperse en tal
terrible ruta, una ruta de lodo sin fondo (tachado: y el) sin 2 postil- lones
como tenía, hubiera quedado atascado en el camino Esterhazy en la otra ruta
de costumbre tuvo la misma suerte con 8 caballos, que yo con
cuatro – de todos modos tuve alguna satisfacción,
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como siempre, cuando tengo la fortuna de superar con éxito algo – ahora
rápidamente al interior desde el exterior. nosotros probablemente nos veremos
pronto. hoy todavía no puedo transmitirte los pensamientos que tuve durante
estos pocos días acerca de mi vida – si estuvieran nuestros corazones siempre
juntos y unidos, yo por supuesto, no tendría nada que decir mi corazón esta
lleno de tanto para decirte – Oh - hay todavía momentos cuando encuentro que la
palabra no es nada en absoluto - alégrate - permanece mi fiel y único tesoro,
mi todo, como yo para ti
el resto los dioses deben comunicarnos lo que deba ser para nosotros – tu fiel
ludwig -
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Lunes a la tarde, el 6 de Julio - Estás sufriendo, mi queridísima
criatura – recién ahora me doy cuenta que las cartas deben ser
despachadas muy temprana en la mañana.
Lunes – Jueves –
los únicos días en los cuales el correo va de aquí hasta allá– estas sufriendo
– Oh donde sea que estoy, tu estas conmigo. Me digo a mi y a ti, arregla para
que pueda vivir contigo. Qué vida!!!! Como es ahora!!!! Sin ti – Perseguido por
La amabilidad de la gente aquí y allí, que ni quiero merecer ni merezco – la
humildad del hombre hacia el hombre – me lastima -y cuando me veo a mi mismo
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en el marco del universo qué soy yo y que es El – a Quien uno llama el
Mas Grande –y aun así – aquí está otra vez la chispa divina en el hombre -yo
lloro cuando pienso que probablemente no recibas las primeras noticias de mi
hasta el sábado – por mucho que tu me ames – yo te amo hasta mas
profundamente pero –nunca te escondas de
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mi – buenas noches - como estoy tomando los baños debo irme a dormir, ir a tan
cerca! tan lejos! no es nuestro amor un verdadero edificio celestial –
pero también firme, como el firmamento –
Buenos días el 7 de Julio - mientras estoy aun en la cama mis
pensamientos se lanzan a si mismos hacia ti mi eternamente amada de a ratos
alegres y entonces otra vez tristes. esperando al destino. si este
nos otorgará una resolución favorable - yo puedo solo vivir ya sea
totalmente contigo o no viviré
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Si he resuelto vagar si rumbo en la distancia, hasta que Pueda volar a
tus brazos y pueda considerarme enteramente en casa contigo y pueda enviar mi
alma abrazada por ti al reino del espíritu si, infortunadamente así debe ser –
tu debes dominarte mas al conocer mi fidelidad a ti, nunca puede otra poseer mi
corazón, nunca, nunca – Oh, Dios porqué tener que separarse uno mismo , de lo
que uno ama tanto, y así mi vida en (Viena) como es ahora es una vida miserable
- Tu amor me hace el hombre mas feliz y el mas infeliz al mismo tiempo – a mi
edad debería tener cierta estable regularidad en mi vida - puede
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eso existir en nuestra relación? -- Ángel, ahora mismo escucho que el correo va
todos los días y por lo tanto debo terminar, de modo que tu recibirás la
(carta) inmediatamente – permanece calma, solo a través de la tranquila
contemplación de nuestra existencia podremos alcanzar nuestro objetivo de vivir
juntos - sé paciente – ámame - hoy – ayer - Que doloroso
anhelo de ti de ti – de ti - tu – tu mi
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amor – mi
todo – adiós –
oh, continua
amándome – nunca
juzgues mal el mas fiel
corazón de tu
amado
Ludwig
siempre tuyo
siempre mía
siempre nuestro.
Cuánto amor a una condesa, amante de los amantes enamorado, miedo, y
terror porque debía partir. A la final de la perturbación decide alejarse de
ella. Pero antes visita por última vez a su morada, y se encuentra con su
amigo, pareja de Antonie Brentano. "Hola, mi apreciado Ludwig".
"Vine para visitar a la condesa Antonie Brentano. Quería tocarle el piano,
podré?". "Claro, por mi podéis hacerlo, salgo apurado. Nos veos mi
gran amigo". (Se dan un abrazo). "Hola, mi bellísima criatura que
dormida andáis en vuestro lecho, he venido. Os tocaré una obra que compuse, y
es para vos. Tan tierna dulzura, tan hermosa Nereida.E l temor es tan grande
que ya os diré algo que debéis saber". "¡Oh, mi Ludwig que en eslabón
os sentís a no dar un paso de esta hipérbole felicidad". Toca una sonata
no 26 que se llama les Adieux. Ella entendiendo su despedida para los ojos de
ella, en cada nota leyó su lenguaje y por honra a él se dejó socavar por ela
enteramente... La última tocada que le dio, y la última caricia que hizo a su
cuerpo, como si le hiciese el amor profundamente con notas. Lágrimas al piano
cayeron, fuerte era dejarle, en realidad se habían enamorado. Ella de su lecho
sollozaba por dentro, las notas cantaban de lamento sonoro. Era como violín de
un querubín cantase a la gloria por un humano al perdón. Así como él cantó en
perdón al amor que había hecho de su ser. La verdad es que la carta fue tan
poderosa, que a las manos de ella no llegó a tiempo. Las letras inmortales
viven, las obras igual, no se dejan de oír y ni de leer. Siempre dan la imagen
de aquel bardo clásico eviterno, que vive y que vivirá. "Mi vida siempre
al amor, Dios no me hizo llegar a la altura que mi yo quería volar. Siempre
juicio ante eso he vivido, y aún con mi forma y don que puedo tener, solo soy
bueno para una felicidad, y que amante y amada es: la Música, que ante los
inmortales siempre primero estará. Nadie podrá reemplazar en mi que no sea una
obra más que anhele ser". Beethoven estaba decidido a una visión y futuro
que ya entendía la vida que tenía; y que de ahí solo conviviría hasta que su
mismo ser diga es momento de partir. Sí, así debe ser, no hay otra razón para
vivir...Soñar con aquello...gritar cuando sea y vivir así sea con cúspide
sacrificio para pintar la efigie en el cielo celestial, y al mundo sin
sucumbir, más un soñador, e ideal renacentista joven del siglo que vive, y está
con idolopeya vesánica y que ha conocido como es.
De la terrible causa hacia la familia normal, su audición aún
más empezaría a ponerse mal. Sus mecenas del pago anual no pudieron dar más, un
efecto de inflación bajo el gobierno de Francia que evitó...Fue a su
morada un mecenas, y vio la tempestad que estaba pasando, su hogar sin
limpieza, con muchos manuscritos en el suelo, había comida en las mesas,
cubiertos tirados. Era un desastre, estaba viviendo muy mal. Es como si un
diantre se hubiese apoderado de él, y todo lo devorase. Su amigo, Lichnowsky de
la última discusión que tuvieron le había mandado Beethoven una carta. "No
me he sentido el más feliz que imaginé quizá en la partida ser. Una serie de
desafortunados incidentes que aparecieron sucesivamente, me llevó a un estado
de confusión mental, de lacerado corazón". Empezó a descuidar su persona
hasta quedar inmundo. Y a tiempos ve a su hermano Karl, se encuentra con él, y
con él estaba su hijo Karl. Lo encuentra enfermo, tenía tuberculosis. Entran a
su vivienda, y Ludwig se presenta ante el niño como su tío. La desesperación
por la tutela del niño al ver a su hermano enfermo, quería cuidar de él, una
pequeña alegría quería para su misma vida que contenía, hizo firmar a su
hermano una carta que tenía y que otorgaba el poder. De su madre o quería por
ser una mujer de no cuidado que él no quería...A través de la caída de las
fuerzas de Napoleón de Francia en todo territorio, pudo Beetoven con gran
chispa publicar su Leonora que comparte un Aria con Florestan tan inhumano a la
voz del tenor, de un modo dramaturgo en la obra, y que a la libertad de esta
misma patria fue donde exaltó esta música. Y lo esperaban varios en
un salón, y dio un concierto de cámaras. Al presentarse, estaba su mecenas
Rudolph, empezó a tocar el piano y habían pasajes que tocaba suave, en otros
brutalmente, no oía perfectamente, había cambiado en él algo ya. Su sordera era
de límite ya. Desvergonzado ante las personas, se dio cuenta que no tocaba como
era, era mejor que no hubiese dado el recital, y así la agonía de un corazón
empezó a derrumbar y a no ser presentado más. "Qué a un orgullo me hacéis
florecer, y sin razón ninguna me dais a ello perder. Me mostráis victorioso, y
ahora a los presentes en escarnio. Para qué vivo, para seguir en un orbe que yo
mismo decida qué hacer, o ser olvidado de mi misma alma?. Puede así la semilla
o flor vivir sin que le deis agua, o la tierra que se nutre de minerales,
preferís dejarle sin retoño, ¡oh, qué crimen he cometido para ser más
humillado?". La madre de Karl hace firma de igual manera a su esposo
Gaspar Karl van Beethoven, diciendo que para mi hermano y mi esposa deben de
cuidar de igual manera al niño, el 14 de Noviembre de 1815. Fenece su hermano
de Ludwig. Ahora se verá entre ellos dos, la lucha en un juicio para la tutela
del niño. ¿Quién ganará, o en verdad que futuro tendrá el niño?, ¿será lo que
antes soñó Beethoven o no?.
La tortura de Ludwig que vivía ahora le haría componer algo que para su
oído sería indescriptible y eternal de algo jamás compuesto.
Logra tener la tutela del niño Karl Beethoven, y Johhana pierde la
custodia en 1816 a los 9 años del niño. Decide Beethoven cuidarlo con toda
virtud, y sobre todo exigencia para convertirlo en lo que él quería.
"Cuando estáis en clase debéis de oír y prestar atención a lo que se os
explica!, negligente a las lecciones de piano. ¿Qué esperáis conseguir a tales
actitudes?, ¿eh?"."Nada tío", "nada". Estaban comiendo
con su tío, y la mesera viene a traer bebida. "Señor aquí está".
"Paupérrima mujer, ¡ahora no, largo!"."Karl, porqué estás
triste?"."Yo le avergüenzo y me avergüenzo a mí
mismo"."Ven, yo voy a protegeros del veneno de vuestra madre".
"Café ya?"."Pérfida mesera, ahora no!". Se ríe Beethoven
diciéndole, "¡Oh mi niño querido!, mi tesoro escondido". (le da una
caricia y un abrazo). El niño había faltado a la escuela todo por ver a su
madre Johhana, Beethoven al darse cuenta tomó un celo inmerso y agresivo contra
el indefenso chico."Yo fui a la escuela, acabo de venir"."No
mintáis, ¡Me estáis engañando, no mientas, no mientas!...¡Yo soy tu padre,
vuestro padre, vuestro padre, vos sois mi hijo, mi hijo!, ¡¡¡mío!!!.". La
desesperación por no querer que se viese con su madre, lo llevó a tratar mal a
Karl, y a esta terrible locura, interpretaba el piano de una manera más
explosiva y fugaz de magia. Mientras practicaba Karl, con cautela sale y corre
donde su madre. Y Beethoven a través de la música se da cuenta que él salió,
abrió la ventana y gritó con furia, "¡Karl, Karl, Karl!". Van al
tribunal nuevamente, y le pregunta el juez al niño, "¿por qué huyó de la
casa de su tío, o a caso lo maltrata?".
"Si, habitualmente tenía que castigarme, me lo merecía".
Beethoven opina "Cuando me enteré que ella había adoptado un amante
secreto, y cuando se exhibían por las calles de Viena, mi única preocupación
era el alma del muchacho". "Fui alertada de que Beethoven estaba
descuidando la educación física y moral de mi hijo. No es ningún secreto que mi
cuñado está sordo. Mi hijo ni puede dialogar con él"."Suelo
preguntarle bromeando sobre este tema con su madre, y su respuesta es siempre
la negativa. No tengo nada que ganar, excepto el reconocimiento de mi mismo. El
hombre que transmitió a su hijo una naturaleza humana mejor. No que
mancha sin el amor que una madre he de dar. Si me equivoco a los gritos, o sin
querer lo lastimo, es por no verle en mal camino y decepción". Se decide
en el tribunal que el mayor tutor del niño sea Ludwig van Beethoven, y su madre
con la completa exclusión de su hijo. Así tomó al niño Ludwig, y su madre tuvo
una hijo, llamada Ludovica. Y ludwig consideraba su caso contra ella de una vez
por todas. Karl no sentía ya la falta de su madre, más al saber del nacimiento
del bebé, la olvidó. Y luego sería enviado a un internado.
Ludwig van Beethoven decide en su espíritu humano componer una misa Solemnis,
y va donde su mecenas Rudolph, quien en su biblioteca se iba a encargar de
componer día y noche, se había apoderado de él un sentimiento hacia lo
más espiritual de su alma misma, e iba a componer y que dedicaría a
su amigo. Y a la humanidad de su misma índole figura. Comenzó con su Kyrie,
gloria, credo, santus y agnus dei de vio a sus 48 años de vida (1818) empezó a
componer gran obra, una sinfonía se le había mandado a pedir, a componer, y
Beethoven ya tenía una inmortal, después de la séptima y octava que
hizo. Había mandado del primer movimiento a escribir como lo había hecho y al
ver que era tan diferente como querían, la habían cambiado. Al recibir las
obras vio tanta diferencia que se molestó. Y volvió a mandar sus partituras, un
hijo de Dios hoy aquí, quien de gran alma empezó a construir un lenguaje
predilecto, sacro en las voces que eran nuevas en una sinfonía, de su oda a la
alegría. Ya antes conoció a un amigo llamado Schindler, quien era su secretario
que lo ayudaba en su morada, era quien se encargaba de llevar sus partituras,
y de todo lo que elaboraba.
Beethoven logra terminar de componer y estrena en Viena estas dos grandes
obras, su misa solemnis y su novena sinfonía a sus 54 años de edad de 1824.
Aparece la imagen de este hombre y en su misa solemnis sonando, siendo dirigida
por un director, no podía ya oír. Mientras la llama de su Kyrie explota del re
mayor en las voces, su hálito calmado a una gran obra que fue criticada, y que
pudo a una misa sensibilizar de manera más tenue y que era inhumana al a voz
del humano, quería el mismo Beethoven. "Misa solemnis que de alturas del
paraíso hago sonar, a un lenguaje de la sagrada escritura eclesiástica, sin
libertinaje humano a la vida, viéndome hoy aquí, sin poder oír, sino que en un
corazón lleno de su agua espiritual... He dado lo que en vida quise realizar,
la metáfora pronto ha de venir, cuando rogué a vos mismo siendo aislado del
mundo. Que en letras aún deben permanecer. Una chispa que no se apaga en el
firmamento. Oh poderosa mi alma, y vejez de la vida que concluye a mi obra.
Tantas palabras puedo decir en mi mente, que hoy al ver tanto cúmulo deben de
ver quién soy, ya termina mi grandísima Misa, mi ánima que duerme en los
compases, que se eleva el espíritu, donde encuentra armonía, y junto a Dios.
Que oye al alma humana perdida de tiempos difíciles que he de cantar
a los santos, a la gloria de un misántropo para otros, sino filántropo para su
misma esencia musical. Algunos salen en un sino sin metamorfosis de la vida,
sino las que eligen, otros sin cambios hacia una aria, que a la que vive en vos
latiendo, y que veo hoy". Inmensas vesanias despiertan al mismo Ludwig al
ver su misa, y que de misterio entonan su sinfonía nueve, el mundo de personas
buenas y malas. Quien el mismo se consideraba mala, por ser como era, pero
quien le conoce lo vería por la oda a la alegría. "Mi música hoy se entona
a mis silencios, puedo reposar oyéndola dentro de mi paisaje. Cerrados mis ojos
y viendo astros que me rutilan. Siento que somos amigos todos, y debemos ser
unidos sin más armas que dan elegías, sino la misma libertad y alegría. Mis
acentos cantan a la luz de aquella morada creciente que vive lejos y que los
que llegan han de vivir la vasta eternidad, mas seré yo?... Qué noche la mía
que en este concierto pueda sentir los minutos de mis tonos como los más elevados
a la gloria de la estrofa que mi alma necesitaba suspirar e implorar. Ver
flores de esta primavera dúctil, serenas, coloridas, Beethoven, ahí estoy.
Vivo, estoy si al que entienda lo que soy y que seré. De mis actitudes y
vesanias, amor y confusión es lo que es de las obras que di. Y de la
reencarnación a mi yo de vivir plenamente en bondad de mi rincón más
espiritual, la música". Un sentimiento que a su ser contiene. Despertó al
mundo, la ópera, un momento que persistirá eternamente por Beeethoven, no ha
muerto, aún vive en su reflejo de las notas de esta eterna vida. Fue aplaudido
y reconocido como el mejor de los compositores del siglo, y que había superado
el romanticismo, clasicismo, solo un modelo nuevo había poseído de ser él, no
igual que otros, y lo buscó, la música que suene que sea de él, fácil será de
reconocer, por su imagen. "Hazme un día feliz en alegría". Fue
predicho, no fue abandonado y fue así. Siendo su postrera aparición pública en
Viena, y manifestación pública como compositor.
"Amigo Beethoven mira lo que ha dicho de vos. Que sois el genio
incansable, nos mostró un nuevo mundo, revelando secretos mágicos del sagrado
arte, que jamás habíamos oído antes, ni tan si quiera imaginado". "No
me has traído dinero, ¿verdad?, Schindler vuestra presencia me irrita. No
quiero que te sientes en mi mesa. ¡Marchaos!" Schindler no dio le dio nada
de lo que él esperaba aún, Schindler dejó de trabajar para él y lo dejó. Donde
Karl iba a estar en su puesto de él. "Necesito que tengáis un bloc de
notas, para que sigáis estudiando". "Tengo que estudiar".
"Qué has conseguido con eso?. "Nada". "Nada, solo sois un
chico que se pasa en billar, y con las mismas meretrices os revolcáis, así
queréis vuestra vida, ¡ah, dime!". "No".
"Sígueme"...Beethoven compuso su cuarteto en si bemol mayor en la
secuencia de 6 movimientos, diferente, clásico a su misma rama, después de él
sería el averno, no habría otro que compusiera, así de su misma entonación. Y
los sonidos extremos eran exactamente lo que caracterizaba con su
relación a Karl. Que eran las peleas por no entenderlo a su tío. Karl
charlaba con un amigo. "No sabéis como es conmigo, con
sus exigencias y jamás soy bueno para él, me humilla. Y yo tengo mi
madre, y ella es mi madre".
Beethoven ve a Karl y le habla fuerte estando en cama. "Tú padre soy
yo, y sabéis muy bien que tu madre es veneno para ti, no es de ti, entiéndelo.
Y ahora fuera de aquí!". Karl se retira, y él le llama con voz de afecto.
"Karl, mi Karl, vuelve, ¿Karl?, no hagas esto a tu padre, tu padre que te
quiere". Beethoven estaba compuso la Grosse fuge es un ataque brutal, feo,
un lenguaje que él inventó, más a la etapa que estaba viviendo última de su
vida y con Karl. Donde suena devastadora, en gritos fornidos, de férreo poder,
y luego debilidad hacia él. Todo en un caos de conflictos. "Es ese
monstruo tentándote no Karl". Lo empuja "Basta ya". La furia y
todo en su obra es reflejada, tanta tensión existía en él. Que en sí, era lo
que estaba viviendo... Beethoven se enteró que Karl se pegó un tiro. "Karl
no era diestro con las armas, y la bala no llegó a penetrar su cabeza, solo le
rozó, una noticia indescriptible en dolor, oh mi Niño Karl". Beethoven al
enterarse salió en busca de Karl. Había un padre con él. "Qué motivo fue
el que le hizo hacer esto?". "Lo hice a ciegas". "¿Estás
cansado de la vida?". "Mi, tío intentó hacer de mi un hombre. Trató
de hacerme una persona mejor. Sólo me hizo peor. Dígale a mi tío que no quiero
oírle menospreciar más a mi madre". Y Beethoven fue ahí y vio lo que él dijo.
Y a su salud hizo lo posible, y la respuesta de él fue un buen e inusual gesto.
Lo llevó al campo a recuperarse, y por primera vez dejó que decidiese su propio
futuro, una carrera en el ejército. Fue en esta estancia cuando Beethoven
escribió su última pieza musical, y el último movimiento de su cuarteto si
bemol, para reemplazar la grosse fuge que no gustaba a la multitud de como era,
pero que nadie entendió el porqué y motivo de su creación, siendo intocable
para los músicos profesionales de esa época, gran inhumana la obra de este
genio que en sufrimiento era lo que experimentó de poco hálito sino tirria
vándola en sus notas de estruendos. Y esta postrera obra fue al reencuentro con
Karl y fraternidad con él, de su equilibrio personal, y poca alegría que con él
ahora andaba. Beethoven va a Viena, y los años pasaron, donde se encuentra
enfermo, ya mal de salud, y que postrado en una cama sin salir de ella. Y
Karl fue a visitarlo y le lleva un anillo rubí. Ningún adorno le hará
mas grande, feliz de lo que ya es sin él.
Después de la partida de Karl vino una cosa tras otra, hubo una cirugía
tratando, de liberar gran líquido que había en su abdomen. El proceso solo
drenó el líquido. No impidió que continuara el flujo, la herida debía quedar
abierta, pero se infectó. Sufría miserablemente, no tenía fuerzas para otra
operación. Y unas palabras en lecho dijo. "Plauditi, amici, comedia
finita est". "Aplaudan amigos míos, la comedia ha terminado". El
sábado 24 de Marzo de 1827 con una enfermedad ya mustia, e insuficiencia renal
llevó a Beethoven al coma, y dos días después en plena tempestad de lluvia y
tormenta, feneció. El 27 de marzo después de la defunción en su lecho
tomaron la forma de su rostro en un papel. En su funeral asistieron más de veinte
mil personas. El mayor número jamás visto en Viena. Karl alojado en Moravia, no
regresó para la ceremonia.
Beethoven vivió como uno de los que en su música se hizo llamar de
clandestinidad profunda. "Mi vida complicada al amor y razonamiento, por
no fenecer a lo que deseo lograr. ¡Oh vida!, duerme calmada, pronto la eterna
juventud de mi vendrá en alas hacia el lugar santo. Arrepentido por no haber
compuesto lo que quería antes más dar, los años pasan, veía la vejez más cerca,
y en amanecidas tenía que andar, componiendo a plena luz de la luna,
contemplando en mi interior la naturaleza, y oyendo ahí los sonidos que me
hablaban, me susurraban en estrofas, versos sensibles a su mayor ruiseñor...
Cuidarse a las leyes de Domine gloria, siempre mi esencia sabía sus pasos, a
pesar de ser indomable, no hay mejor espíritu que busca su voluntad profunda
por el arte que anhela en el sentido de que tiene la vida, si no es así,
preferible morir. Así como Rabino expresó a tiempos de la libertad humana, que
se encontró a métodos difíciles de soportar su disturbio, pudo dar el mensaje
sagrado, cómo no seguir así haya rabia suprema con la vida, si él mismo fue
símbolo y epopeya sacra a nuestra salvación del reino. Vos mi amigo que oís las
súplicas, he de ser a vuestros ojos conocido, no os vayáis a olvidar aquel dí
en que termine mi comedia, que ni mano podré mover, solo que en mi corazón
sonando todas mis obras en gloria, a la paz y bienaventuranza, que he de querer
hoy en lágrimas a mi testamento puro, de la tinta que es de mi corazón, de mi
sentimiento que teme a ese sentido, y por la que me disteis a vivir, pero con
el don poderoso de la vida, de mí música, sirviendo para cantaros y contar las
sendas que he tenido, de un mundo que ni imaginaba vivir y crear ya siendo
vinculado de un padre tan malhechor. Ya a esta edad, no he podido conciliar con
el amor, no nací para amar, nací para ser lo que soy, y como primera identidad
de amar como al amor. Solo dame las fuerzas que siempre he tenido, para llegar
a donde quiero ir, y debo ir, gloria al alma y a los que una vez ofendí y a
todos en plenitud y de su entera beatitud". Beethoven escribe como una
despedida al mundo, donde él mismo describe todo lo de él, en tan resumido
texto a lo que ha sido su vida, un hombre lleno del ímpetu de un mar, hoy;
ayer, siempre podía verse en sus ojos, rostro, y música de como era siempre.
Poderosa, con luchar a grandes heroísmos y de esa gloria que tanto
al final de su alma agonizante consiguió, venerado, conocido, por como era,
como fue, como vivió, amó; así no haya sido como quería amar, luchó en los caos
más en la busca de no ver la luz, hizo lo que un mortal a una liturgia haría?,
hay quien a su idolopeya confía y vive, quien vivirá hasta la entera vetustez,
que anhela retornar diferente, que con tres pasiones, sueño único que implora e
implora en su corazón de joven soñador. Hasta que le puedan permitir o que le
veis a sus escrituras que de esa fe expresa para un aliento de lo que busca y
ama a la inmortalidad de su mismo espíritu longevo de la vida hasta su música
hablar y su musa que ha pintado de años de su siglo sin abandonar; por ser más
de él, el hogar y refugio que le acompaña, de historias cuales son de un mismo
ser, de creación, predilección para sí, y de sempiterno soñar que ha existido
en su poesía sagrada.