lunes, 25 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
lunes, 21 de octubre de 2013
TOCAYO II
Como dice Joan Corominas en su Diccionario etimológico de la lengua castellana: «Actualmente tocayo- a son palabras bien conocidas por lo menos en España y en varios países americanos. Del castellano ha pasado al portugués con el mismo sentido». En casi todos los países de habla hispana la utilizan para referirse a otra persona que tiene el mismo nombre o para apelar a ella: «Tu esposo es mi tocayo» o «¿Cómo has estado, tocayo?». Pero es en México, quizás, en donde tiene mayor uso y arraigo y más cantidad de acepciones.
Su origen etimológico está en el náhuatl. En Herencia cultural del mundo náhuatl, Birgitta Leander escribe, en el apartado correspondiente a tocayo, que viene de la palabra náhuatl tocaitl, «que significa nombre, honra o fama. Por su parte, la terminación -yo expresa idea abstracta». En el Diccionario de aztequismos de Luis Cabrera, la entrada correspondiente a tocayo versa así: «Se dice de una persona con respecto a otra que lleva el mismo nombre. La etimología es indiscutiblemente de origen azteca».
Nacido allá en Tamaulipas, 100%, mexicano
. Humilde pero valiente; de un corazón muy humano. Patrón le llama su gente,
y sus compas, el Tocayo.
«El Tocayo» Los tucanes de Tijuana.
En su diccionario, Alonso de Molina dice que «la raíz cáitl es la que corresponde a la acepción de nombre, pero la parte esencial es el pronombreto, ‘nuestro’; tocáitl, ‘nuestro nombre’, como Tonantzin es ‘nuestra madrecita’, la Virgen». Mientras que Rémi Siméon, en su Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, da la acepción de nombre, renombre, honor, reputación, para tocaitl. Conjugando no- toca como mi nombre, y te-toca como el nombre o la firma de alguien.
Resumiendo, toca es nombre en náhuatl, y se ha trasladado al español no con la misma acepción, sino con otra más divertida: el mismo nombre. Los españoles —la Real Academia y sus secuaces— se han negado a aceptar este origen, quizá porque tienen envidia de una palabra tan original y le han querido dar una ascendencia latina como vocativo: «¡Tu cayo!», que carece de todo fundamento etimológico, lingüístico, histórico y lógico. El concepto de tocayo es muy usado en México; basta oír expresiones como: «¿Qué pasó, tocayito?» o «Ése mi tocayazo»; o atender a la costumbre de decirles tocayo no sólo a las personas sino a las cosas, como mi prima Victoria, que le dice tocaya a la cerveza. O bien, a lo que respondía un primo mío cuando le preguntaban por qué le había puesto el mismo nombre a su hijo: «Mira, como un hombre nunca sabe si realmente es su hijo, y lo voy a querer y a mantener como si lo fuera, ya si no es mi hijo, de perdida que sea mi tocayo».
Conoce más sobre curiosidades en El manual para conversar I de Algarabía Libros.
Por La Redacción | marzo 4, 2013
http://algarabia.com/curiosidades/que-significa-tocayo/
lunes, 14 de octubre de 2013
LA MAGIA DEL NOMBRE
Desde tiempos inmemoriales, muchos pueblos observan, a la hora de escoger un nombre para sus descendientes, diversas reglas mágicas o religiosas. Estas prácticas rituales tienen la finalidad de garantizar al recién nacido la protección de las fuerzas sobrenaturales durante su vida.
Ni siquiera algo tan necesario
como la imposición del nombre a las personas está exento de toda suerte de
creencias. En Groenlandia el nombre es considerado como una especie de alma y existe
la convicción de un parentesco próximo entre las personas que se llaman de
igual modo. En el África ecuatorial se observa con cuidado el primer grito del
recién nacido, al igual que se hacía en la antigua China, a fin de reconocer al
antepasado o a la alimaña que se manifiesta a través de su voz.
Determinado este parentesco, el
niño recibe un nombre secreto hasta su edad de iniciación. Al alcanzarla
pubertad, el joven toma un nuevo nombre, que está en sintonía mágica con su
cambio de fonación.
Cuando nace un tibetano, sus
padres llaman a consulta a un lama para que haga su horóscopo y escoja el
nombre adecuado, según la conjunción astrológica que había en el momento de su
venida al mundo. Si más adelante el niño pasa alguna enfermedad grave y se salva,
se le cambia el nombre, por considerar maléfico el anterior. De forma parecida,
en algunas tribus de la costa del golfo de Bengala los indígenas que superan
una gran dolencia suelen tomar otro nombre, para confundir a los malos
espíritus que, según ellos, traen las enfermedades.
Otras veces la elección del
nombre se deja en manos celestiales por medio de una ordalía o «juicio de
Dios». En la costa oriental de la península de Malaca tienen la costumbre de
escribir diversos nombres en plátanos, e interpretan que el que figura en la
primera pieza que toque el bebé será el que mejor le proteja.
Un pensador de la categoría de
Platón no dudó en afirmar que no podía dejarse al azar el hecho de escoger un
nombre, en la idea de que tal decisión marcaría las venturas y desventuras de
quien lo llevase. Con frecuencia, los pueblos de la antigüedad recurrían a
nombres en los que entraba en su composición la palabra «Dios», con el fin de
que, desde los cielos, las fuerzas sobrenaturales protegiesen al nuevo vástago.
Otras veces, ponían por nombre al recién nacido vocablos que evocaban las
cualidades físicas, o el destino en la vida que querían reservar para su
descendiente. Cuando los padres no se atenían a estas reglas mágico-religiosas,
cualquier percance que sufriese el hijo se atribuía a la desafortunada elección
del nombre. Por ejemplo, los poetas trágicos griegos, atribuyeron al
significado de Penteo, «duelo», la advertencia de su fin desgraciado. En el
nombre de Polinice, «grandes disputas o querellas», creyeron ver el agüero de
las disensiones continuas que hubo entre los dos hijos del rey Edipo. Yen el de
Ayax, «ay de mí», una alusión a las desgracias de las que fuera víctima este
héroe.
Para entender el origen de esta creencia,
hay que recordar que, según los textos bíblicos, Dios se reservó el privilegio
de dar nombres a todos los seres vivos, incluidos Adán y Eva. Por cierto, que
en las elucubraciones sobre el idioma utilizado en estas primeras nominaciones,
el padre Larramendi, erudito vasco, asegura que, en tan solemne ocasión, el
Supremo Hacedor se pronunció en eusquera.
A partir del Génesis, la
imposición del nombre gozó de claras connotaciones religiosas, como pone de
manifiesto el hecho de que, durante muchos siglos, los recién nacidos no
recibían denominación alguna hasta tanto no se produjesen ciertos ritos
propiciatorios: circuncisión, lustración, purificación o bautismo.
La costumbre cristiana, observada
durante siglos, de poner al recién nacido el llamado «nombre de pila»,
correspondiente a un santo, con frecuencia el del día, añade a la intervención
divina en la fecha de nacimiento la protección que por parte de su abogado
celestial tendrá de por vida. En ciertos casos, el tránsito hacia otro estado
religioso llevaba consigo la imposición de un nuevo nombre, como ha venido
ocurriendo tras tomar los hábitos monacales o resultar exaltado hacia el
pontificado, esto último desde el año 1009.
Gregorio el Grande, a finales del siglo VI, trasformó en precepto lo que hasta entonces había sido una
recomendación de la Iglesia, imponiendo en exclusiva los nombres del santoral.
Aún así, esta disposición no fue del todo obedecida en el mundo cristiano hasta
después del siglo X. Todavía hoy, existen algunos países de confesión católica
en los que no se permite a los padres poner a sus hijos nombres que no se
correspondan con los de algún santo. Aunque, en la mayoría de los países
occidentales la libertad incluye la elección de nombres «blasfemos».
TABÚES NOMINALES
Hay ciertos nombres que no son
usuales, debido a que constituyen un tabú. Dios, por la prohibición hebrea de
mentar su nombre <en vano», Jesucristo, por respeto hacia su persona, y
Caín por ser el primer fratricida de la historia.
«TÚ ERES PIEDRA»
TEÓFOROS
TRANSMIGRACIÓN GENEALÓGICA
En la historia antigua era muy
usual que al primer nieto se le impusiese el nombre de su abuelo. Esta
costumbre estuvo muy arraigada en el centro de España en la Edad Media, y la
casa de Haro la tomó como norma genealógica. Tal práctica está relacionada con
la transmigración de las almas y la creencia en que el abuelo se reencarnaría
en el nieto mediante esta estratagema.
PREDESTINACIÓN
Con frecuencia, los padres
imponían nombres a sus hijos en sintonía con el futuro vital que deseaban para
ellos: Adolfo, «guerrero noble»; Alejandro, «que rechaza al adversario>);
Alfonso y Gonzalo, «guerrero preparado para la lucha»; Alfredo, «pacificador
noble»; Alicia, «sincera»; Álvaro, «muy sabio»; Camilo, «ministro»; Diego,
«instruido»; Felipe, «amigo de los caballos»; Félix, «feliz»; Fernando,
«inteligente y osado»; Fidel, «fiel»; Gerardo, «fuerte con la lanza»; y
Guillermo, «protector decidido»; entre otros.
LOS PEPES
Se cree que el apelativo de Pepe
tiene su origen en la costumbre de sustituir el nombre de san José, en los
antiguos escritos, por «Padre Putativo», para indicar que era tenido como tal
de Jesús. Y cuando esta expresión se resumió en las iniciales «PP.», los que
llevaban este nombre empezaron a ser llamados así.
Por Ramos Perera. Pp.76-77 Año/Cero
sábado, 5 de octubre de 2013
FAMILY SEARCH
- Organización sin ánimo de lucro fundada originalmente como la Sociedad Genealógica de Utah, el 21 de noviembre 1894. Es actualmente la organización genealógica más grande del mundo, con registros genealógicos de más de 110 países, que ha estado reuniendo, preservando y compartiendo gratuitamente por más de 100 años.
- Comenzó su programa de microfilmación en 1938 y tiene más de 2 millones y medio de rollos de más de 110 países, el equivalente a unos siete millones de volúmenes de 300 páginas cada uno, que se pueden consultar en cualquiera de los más de cuatro mil centros FamilySearch alrededor del mundo. A estos se agregan unos 5.000 rollos o discos de imágenes digitales mensualmente en más de 200 proyectos actuales.
- Los índices de estas colecciones de imágenes se publican gratuitamente para todo el mundo después de completar un proceso de indexación con la ayuda de decenas de miles de voluntarios en todo el mundo que ayudan desde sus propias casas. Cualquier persona puede participar ingresando a http://indexing.familysearch.org.
- FamilySearch tiene la biblioteca genealógica más grande del mundo, la cual ha hecho convenio con cientos de bibliotecas en Norteamérica y otros lugares del mundo (https://devnet.familysearch.org/certification/affiliate-program/AffiliateCurrentLibraries). En estas bibliotecas FamilySearch ofrece sus colecciones de registros microfilmados para consulta de cualquier usuario. El catálogo de la biblioteca puede consultarse enhttp://www.familysearch.org/eng/Library/FHLC/frameset_fhlc.asp.
- FamilySearch ha establecido un muy útil programa de foros (http://forums.familysearch.org/es) donde cualquier persona puede pedir ayuda en la búsqueda de sus antepasados. Otros usuarios del programa comparten allí consejos puntuales para avanzar en su investigación.
- También ha establecido un sitio donde cualquier persona puede compartir consejos que ayuden a otros en la búsqueda de sus antepasados (https://wiki.familysearch.org/es). De esta página recomendamos de manera especial el artículo que resume los más útiles recursos para la genealogía hispánica https://wiki.familysearch.org/es/Recursos_de_genealogía_hispana.
- También tiene decenas de miles de libros en línea http://www.lib.byu.edu/fhc/index.php, los cuales se pueden consultar por nombres y palabras específicas.
sábado, 21 de septiembre de 2013
DE MOTES Y APELLIDOS
—Primera parte—
Por Jorge E
Camacho ilustrado por Guillermo Préstegui
Nuestros nombres
son tanto una declaración de individualidad como de pertenencia: por un Lado,
hablan de quiénes somos en Lo particular, y por otro, del grupo humano del que formamos parte. Uno de
Los componentes del nombre, el apellido, habla de La familia de La que venimos,
e incluso de nuestro grupo étnico o nacionalidad. Decir: «Yo soy» o «Yo me
[[amo», es dejar en claro quiénes somos como individuos, al mismo tiempo que es
una constancia de membresía para pertenecer
ese colectivo imaginario al que llamamos humanidad.
Es imposible
rastrear con precisión el origen del apellido, y tampoco existe una sola
hipótesis acerca de su surgimiento. Es una necesidad que muy probablemente
llegó con el crecimiento de los asentamientos humanos, y con el fenómeno de la
migración y el comercio, que hacían necesario un referente sobre el origen de
los viajantes; también, fueron usados obedeciendo a necesidades administrativas
de los gobiernos y burocracias, que buscaban llevar un control más estricto y
eficiente de sus cobros de impuestos y tributos.
LOS APELLIDOS
ROMANOS
Un precedente
obligado, casi un lugar común cuando se habla de los apellidos, es la Antigua
Roma. Sin embargo, por su extensión geográfica —que cubría desde Inglaterra
hasta Turquía. Europa Central y el Norte de África hasta Egipto— su duración
—que suma, desde la fundación de la ciudad hasta la caída del Imperio Romano de
Oriente, nada más y nada menos que 22 siglos—, es imposible hablar de un único
esquema para los nombres y los apellidos.
El periodo
clásico de la construcción de nombres romanos comenzó a mediados de la
República, y concluyó ya iniciado el Imperio. Durante esos años, las clases
acomodadas observaron reglas muy precisas, y hasta cierto punto sofisticadas,
para nombrar a los miembros de dichos estratos sociales. Ya con la llegada del
Imperio, las convenciones en los nombres se relajaron, cayendo en la franca
anarquía. El nombre de un
ciudadano romano a mediados de la República se componía de:
-un praenomen,
que es el equivalente al nombre de pila, y era otorgado al noveno día de
nacimiento de los varones, durante el dies lustricus o día de purificación;
-un nomen, que
era el nombre del clan o familia.
-y un cognomen,
que podía ser el nombre de una rama de la familia o un apodo.
Al conjunto del
nombre se le llamaba tria nomina, y lo que tiene en común con nuestros
apellidos, es que el nomen y el cognomen eran hereditarios. Por ejemplo, el
dictador julio César se llamaba en latín Gaius julius Caesar, siendo Gaius su
praenomen o nombre de pila; julius, su nomen que indicaba su pertenencia a los
Julia —una familia patricia—, y Caesar, su cognomen o apodo.
Las mujeres no
tenían derecho a un praenomen como tal. En su lugar, llevaban por nombre la
forma femenina del nomen del padre —el cual les era otorgado el octavo día de
su nacimiento—, más una forma femenina del cognomen del padre o el esposo, y al
final un numeral que indicaba su posición de nacimiento entre las demás
hermanas.'
________________________________________
1 y. «Apellido de casada: ¿insulto o
atavismo sexista?>,, de María del
Pilar Montes de Oca, en De todo
excepto feminismo, Algarabía Editorial y
Lectorum: México. 2012.
OTRAS MANERAS DE LLAMARSE
La antigua
Grecia, otro de los pilares de Occidente, los apellidos gozaron de mucha menos
importancia que en Roma, quizá también por tratarse de un imperio más limitado
geográfica y poblacionalmente. Allí se usaban patronímicos —apellidos que
denotaban una relación filial de tipo paterno— y toponímicos —apellidos que
hacían notar el lugar de origen del individuo—, además de nombres o apodos que
hablaban del linaje al que un noble pertenecía. Estos apellidos, que
demostraban la pertenencia de alguien a una familia o dinastía, no eran hereditarios,
así que el componente de estafeta generacional no estaba presente, por lo que
difícilmente podríamos considerarlos determinantes para la formación del
concepto tal como lo conocemos hoy en día.
En las islas
británicas, destaca Irlanda como el lugar en donde se han usado apellidos por
más tiempo. Allí, el apellido más antiguo del que se guarda registro es Ó
Cleirigh, y éste quedó marcado en una nota funeraria que conmemoraba la muerte
de Tigherneach Ua Cleirigh, un noble irlandés que murió a finales del siglo x
de nuestra era. La partícula Ua es el
gaélico para «nieto» —Mac lo es de «hijo»—, y se convirtió en O' por la
pronunciación, que suena a o en inglés.
Muchos
consideran que los apellidos anglosajones surgieron luego de la conquista
normanda de Inglaterra en el siglo xi d.C., y del censo encargado por el rey
Guillermo 1 de Inglaterra «el Conquistador», cuyo resultado es el Domesday Book
—una especie de censo nacional, completado en el año 1086—. Aunque en este
documento no existe apellidos para los campesinos y la población en general, sí
existen apellidos toponímicos para la nobleza, que indican su origen normando o
la localización de sus nuevas posesiones en la isla.
EN OTROS LADOS DEL MUNDO
Un ceso es
precisamente el motivo para que los apellidos, como tales, surgieran en China.
En el año 2852 a. C., el emperador Fu Xi encargó a los miembros de su gobierno
el levantamiento de un censo. Para tal propósito, y con motivo de llevar un
mayor orden en el levantamiento y
procesamiento de los datos, comenzaron a usarse los apellidos; pero en este
caso, a diferencia de lo sucedido en Occidente, el origen del apellido era
matrilineal: es decir, su origen era la línea de la madre y no la del padre.
Esto, claro, no sobrevivió hasta hoy: i 600 años después, bajo la dinastía
Shang, los nombres dejaron de ser asignados por línea materna y se convirtieron
en patrilineales, uso que sigue siendo vigente hasta nuestros días.
Otro detalle
curioso de los apellidos en Occidente es que, salvo en Hungría y en ocasiones
en países germánicos, suelen escribirse después del nombre propio. Pero no es
así en los países con escritura vertical, como Corea, Japón, China y otros bajo
la influencia cultural sino-japonesa. Allí, la primera palabra del nombre es el
apellido paterno, y la segunda el nombre propio. Un dato que llama la atención
es que Japón no tuvo un sistema estandarizado de apellidos para la población en
general hasta tiempos relativamente recientes —siglo xix—, pues sólo la
aristocracia gozaba de ese privilegio.
En México, dada
nuestra herencia española, prácticamente todos tenemos uno o más nombres de
pila —así llamados en alusión a la pila bautismal del cristianismo y otras
religiones—, seguidos de dos apellidos: el paterno —que comúnmente es el único
que «se hereda»— y el materno. Y si nunca hemos tenido contacto con otras
culturas, podríamos pensar que ésa es la única manera de llamarse y
apellidarse. Pero no es así.
LOS RUSOS
El que los
apellidos despierten curiosidad no brota de la nada. En mi caso, el primer interés
vino de la literatura: en una época juvenil de lectura frenética, me sumergí en
las obras rusas del siglo xix y una que otra del siglo xx. Me preguntaba: ¿qué
habrá detrás de nombres de personajes clásicos como Ana Arcadievna Karenina, o
del nombre de mi autor favorito, Viadimir Vladimirovich Nabokov?
Resulta que la
construcción de los nombres rusos —eslavos en general— es ligeramente distinta
a lo que estamos acostumbrados: hay un nombre de pila, un patronímico y el
apellido familiar. El patronímico es un término que enuncia de quién es hijo el
portador, y tiene terminaciones -ovich para los hombres y -ovna para las
mujeres, o -evich y -evna, respectivamente, dependiendo de la letra con que
terminan —por ejemplo, Arkadiy, que se convierte en Arcadeivich, en masculino,
y Arcadievna, en femenino.
Los sufijos para
el nombre familiar o apellido son -ay, -ev, -in, para los hombres, y -ovo,
-evo, -¡no, para las mujeres. Así, el nombre Ano Arcadievna íKarenina
significa: Ana, hija de Arcadio, de la familia Karenin, mientras que \/íodimir
Vladimirovich Niabokov sería: Vladimir, hijo de Vladimir, de la familia
Nabokov. Otra peculiaridad de los apellidos rusos es que todos son adjetivos
posesivos —por denotar pertenencia a una familia—, y para distinguir a los que
son una forma completa de los que son una forma abreviada, se usa el sufijo
-sky, como en Maiakovsky, que viene de mayak, 'faro', y cuya forma abreviada es
A'laiakor.
Para terminar,
los apellidos rusos tienen género: así, mi esposa sería, por ejemplo, la señora
Camacho, o la hija de Pérez, señorita Pereza. Sin embargo, traducir al español
los apellidos rusos obliga a respetar las reglas del castellano, así que Ana
Karenina, para ser estrictos, debería llamarse Ana Karenin, cuando menos en
español.
C0ntinuará…
domingo, 12 de mayo de 2013
sábado, 20 de abril de 2013
GENERACIÓN
Se conoce como generación en genealogía al total de seres, que forman parte de la línea de sucesión anterior o posterior de un ser de referencia y se encuentran a la misma diferencia. Si se toma como partida un ser que se ha sometido a un test, o una generación del mismo, se denomina primera, segunda, etc. generación a las generaciones sucesoras. En las listas genealógicas es frecuente designar las generaciones con un número romano.
Al margen de la genealogía se utiliza el término generación para denominar a las personas de una edad determinada o de un intervalo determinado de tiempo de la historia.
En relación con el Árbol genealógico, una generación es un espacio temporal de 30 años, porque ése es el tiempo aproximado en que una persona tiene hijos o descendencia.
Gabriel García Márquez (en Cien años de soledad) comenzó así una historia que abarca varias generaciones:
"Muchos años depués, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo..."
Y Juan Rulfo (en Pedro Páramo) nos dejó un gran relato que comienza así:
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo..."
MI LINAJE
Un linaje es la línea de ascendencia o descendencia de una familia o clan. En términos genealógicos, es la serie de ascendientes y/o descendientes, en cualquier familia, de una persona considerada como el primero de un tronco o rama común.
Un significado adicional, para algunos estudiosos, es el de la línea genealógica masculina que corresponde, dentro del árbol genealógico, y generación tras generación, a la línea paterno-filial que va uniendo a cada persona con su padre. En el mundo hispanoparlante, a esta línea genealógica masculina se le denomina "Varonía" pues se compone, en sentido ascendente o descendente, únicamente de varones. Usualmente se tiende a confundir el primer apellido de una persona que representa su varonía con el linaje al que pertenece, sin embargo cabe resaltar que apellido no es sinónimo de linaje. Sólo un estudio genealógico detallado de la ascendencia de una persona puede determinar si le corresponde descender o pertenecer a algún determinado linaje.
F. de E.: dice "descendencia" debe decir Ascendencia.
SOBRE EL CINE DE MI INFANCIA
Ahora sé por qué me gusta mucho el cine, ver películas,
criticarlas, tomar citas, reflexiones, aprendizajes, metáforas e imágenes
visuales. Recuerdo que cuando era niño mi mamá me lleva seguido a ver
películas, (porque a ella también su mamá la llevaba a ver películas [Chaplin]
con los gitanos que en sus carretas antiguas traían un proyector. “Era
emocionante verlos venir”)
Actualmente he retomado esa actividad y he recuperado algunas películas antiguas y de arte que me acuerdo haber visto en mi infancia como por ejemplo:
“la isla misteriosa” (que es una adaptación de Julio Verne)
“E.T, el extraterrestre”
“Los caza fantasmas”
“Los guerreros”
“Ben-Hur”
“Los miserables” (La primera versión)
“Furia de titanes” (de la cual hay una versión nueva)
“Mad Max (un clásico de ciencia ficción)
“El exorcista” y “El expreso de media noche” (mi hermano compró el sound trac de estas dos películas que vendían fuera del cine, eso era genial)
Existen otras películas que ya no recuerdo el nombre, pero que sin duda me han gustado y me hacen recordar esos momentos de antaño. De películas para niños solo recuerdo haber visto “Blanca nieves” en el matiné pero eran muy ñoñas.
Actualmente he retomado esa actividad y he recuperado algunas películas antiguas y de arte que me acuerdo haber visto en mi infancia como por ejemplo:
“la isla misteriosa” (que es una adaptación de Julio Verne)
“E.T, el extraterrestre”
“Los caza fantasmas”
“Los guerreros”
“Ben-Hur”
“Los miserables” (La primera versión)
“Furia de titanes” (de la cual hay una versión nueva)
“Mad Max (un clásico de ciencia ficción)
“El exorcista” y “El expreso de media noche” (mi hermano compró el sound trac de estas dos películas que vendían fuera del cine, eso era genial)
Existen otras películas que ya no recuerdo el nombre, pero que sin duda me han gustado y me hacen recordar esos momentos de antaño. De películas para niños solo recuerdo haber visto “Blanca nieves” en el matiné pero eran muy ñoñas.
lunes, 15 de abril de 2013
domingo, 14 de abril de 2013
ETOPEYA
La etopeya es una figura literaria que consiste en la
descripción de rasgos psicológicos o morales de una persona, como son el
carácter, cualidades, virtudes o costumbres de alguien.
Ejemplo:
Su vivir se asemeja, en el andar sin descanso, a un
evangelista del civismo, cuya inmensa caída de prosélitos el viera por seis
lustros alimentando muchedumbres, libertando galeotes, avizorando lejanías,
fascinando mieses de pasión, aromando la extraña como propia tienda con el
precioso sándalo de la bondad y del ingenio —Guillermo León
Valencia
En
retorica, descrición del carácter, los actos y las costumbres de una persona.
VOZ OPUESTA: prosopografía. ORIGEN: del lat. Ethopoeia, y éste del gr. Ethopiía.
Reader´s Digest. Diccionario enriquezca su vocabulario. P. 431.
Descripción
La
descripción puede ofrecer la idiosincrasia y el físico de una persona (effictio
o retrato), sobre todo si se basa en su apariencia y se infiere de sus acciones.,
puede ser solo de su aspecto exterior (prosopografía), de costumbre o pasiones
humanas, (etopeya), de las características correspondientes a tipos dados
individualizados (etopea).
BERISTÁIN, Helena. Diccionario de retórica y poética. Edit. Porrúa.
P.136.
- Es un retrato si lo que se quiere
es mostrar el aspecto físico como lo anímico y espiritual.
“Llegó hace muchos años de un pueblo perdido de la
cordillera. Llegó con esa irritación de arribismo de todo chagra para doctor.
¡Flor de provincia! No pudo o no quiso concluir la universidad. En cambio
aprendió a explotar lo superficial del talento y lo ventajoso de la soltería.
Sin ser adonis, indio lavado, medio blanquito, las mujeres el ayudaron a vivir.
Hizo vida de club... Cuidó exageradamente la indumentaria, el olor... Como
usted, chullita.”
LEMA
Un lema es una frase que expresa la intención de un grupo de personas. Muchos países tienen lemas, al igual que otras instituciones como universidades o empresas.
Por ejemplo, el lema nacional de Paraguay es "Vencer o Morir" dicho por primera vez por el Mariscal Francisco Solano López antes de iniciar
En literatura un lema es una frase corta que llevaban los caballeros en sus escudos y de ahí pasó a designar el encabezado de un emblema.
EPIGRAMA
Composición poética breve que expresa
un solo pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa.
El epigrama se creó en la Grecia clásica y, como su
nombre indica en griego, era una inscripción que se ponía sobre un objeto, que
podía ser un exvoto, un regalo, una estatua o una tumba; los epigramas sobre
las tumbas formaron clase aparte y se denominaron epitafios o epicedios, por
lo que el vocablo pasó a designar el poema ingenioso que poseía la calidad de
ser breve para poder pasar por rótulo o inscripción. La mayoría de los
epigramas griegos puede encontrarse en la llamada Antología Palatina.
Tras los griegos, destacaron en la composición de epigramas los romanos,
singularmente Catulo y Cayo Valerio Marcial.
En la literatura barroca española el
epigrama fue muy utilizado al ser una forma apropiada para la exhibición
cortesana del ingenio. El escritor conceptista barroco Baltasar
Gracián, en su obra Agudeza y arte de ingenio (1648), realiza un estudio y antología de
epigramas escritos en castellano y latín. Durante el siglo XVIII el género no
decayó, como hubiera podido esperarse a causa de su propensión al estilo
hinchado, sino que tomó una intención menos cortesana y más educativa y moral.
Posteriormente, algunas formas literarias, como el artículo breve de prensa,
las greguerías de Ramón
Gómez de la Serna o los membretes de Oliverio Girondo se
aproximan al género epigramático, así como las inscripciones anónimas populares
en muros o retretes denominadas grafitos o pintadas, que desde las ruinas de
Pompeya hasta la actualidad resultan una fuente inestimable sobre la opinión
popular de una época. Algunas de estas inscripciones son recogidas por Pío Baroja en su obra Vitrina
pintoresca o Camilo
José Cela en su San Camilo 1936. A veces, en la lírica del siglo XX puede adoptar un
tono elegiaco (Jaime Gil de Biedma)
En otras naciones el epigrama fue
cultivado con extraordinario acierto. En Inglaterra, sobresalen John Donne, Jonathan Swift, Alexander Pope (creador en
el siglo XVIII de una forma de pareado epigramático) y Óscar Wilde. En Francia
destacan especialmente Voltaire
y Nicolás
Boileau. En Alemania, G.
E. Lessing. El epigrama también se encuentra en literaturas no
occidentales, como la china y japonesa; en esta última puede decirse que el
epigrama se encuentra emparentado con la forma poética conocida como haikú. Puede aplicarse el
término a cualquier aforismo
o dicho más o menos
sentencioso, e incluso hasta a cierto tipo de narración hiperbreve.
Ejemplos de epigrama:
El señor don Juan
de Robres,
con caridad sin
igual,
hizo hacer este
hospital...
A la abeja
semejante,
para que cause
placer,
el epigrama ha de
ser
DE VITA BEATA
En un viejo país
ineficiente,
algo así como
España entre dos guerras
civiles, en un
pueblo junto al mar,
poseer una casa y
poca hacienda
y memoria
ninguna. No leer,
no sufrir, no
escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un
noble arruinado
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